
Hogan Lovells 2024 Election Impact and Congressional Outlook Report
En dicho asunto, un juez de primera instancia ordenó el depósito de 50 mil pesos por cada inmueble en disputa como garantía, sin embargo, no explicó la metodología utilizada para fijar esa cantidad. Al analizar la decisión, el TCC concluyó que este tipo de montos deben establecerse con base en criterios claros, objetivos y verificables, y no de manera arbitraria. Para ejemplificarlo, el TCC utilizó una herramienta de IA, diseñada para realizar cálculos a partir de datos oficiales, como el valor de los inmuebles, la inflación, las tasas de interés y el tiempo estimado de duración del juicio.
El resultado fue un monto de garantía más bajo y con mayor justificación, respaldado por una metodología transparente y auditable. La IA se limitó exclusivamente a las operaciones matemáticas.
En este sentido, el TCC determinó que en la utilización de herramientas de IA en procesos jurisdiccionales, las personas juzgadoras observen como elementos mínimos los principios de:
Aunque se trata de una tesis aislada, y por lo tanto no es obligatoria, este precedente marca un parteaguas al fijar criterios que jueces y litigantes pueden tomar en cuenta en el uso de IA. Las empresas con litigios en México podrían enfrentar resoluciones apoyadas en estas herramientas, por lo que se recomienda a las empresas comprender los principios fijados por estas tesis, anticipar estrategias y asegurar que sus defensas exijan el respeto a este y futuros precedentes. Nuestra firma, también ha comentado sobre los problemas que presentan los algoritmos de la IA, (¿Decisiones Inteligentes?: Cómo Detectar y Prevenir Sesgos en la IA) , situación que ahora se analiza en las tesis desde la perspectiva del reconocimiento de la transparencia y la aplicabilidad de los sistemas de IA.
Igualmente, el TCC ha señalado que, ante la falta de regulación en México, debe recurrirse a la normativa internacional como referencia. Este criterio permite anticipar que la futura regulación nacional podría alinearse con estándares como el Reglamento Europeo de IA, que, al igual que el precedente, limita estas herramientas a un papel auxiliar bajo supervisión y decisión humanas. En consecuencia, se recomienda a las empresas integrar desde ahora estos principios en su uso corporativo de la IA, a fin de facilitar una transición ordenada hacia el marco regulatorio que eventualmente se adopte en México.
Para las empresas, la señal de este criterio es clara: el uso de la IA llegó para quedarse y estará sujeto a estándares cada vez más estrictos. En Hogan Lovells acompañamos a nuestros clientes en una adaptación ágil y estratégica de la IA, para convertir cada avance regulatorio en una oportunidad de innovación y cumplimiento. Nuestra Firma tiene un equipo dedicado al desarrollo de políticas y procedimientos en esta materia anticipándose a los criterios nacionales e internacionales que ponemos a su disposición.
Escrito por Guillermo Larrea, Marino Castillo, y Victoria Villagomez.